Era una noche muy oscura, una gran tormenta pasaba por la gran ciudad de Nueva York y todo parecía estar cubierto por la gran tormenta invernal que por allí pasaba. Pocas personas se podían observar a las afueras de la ciudad y eran aquellos que tenían los mejores vehículos y medios de transporte más avanzados, los cuales podían volar como si fuesen aviones, ya que la ciencia había avanzado mucho en aquella época. Eran los años 3030, una era muy tecnológica, mágica y poderosa. Todo era muy hermoso. El control del gobierno lucía por ahora muy bien. Pero los únicos que no compartían sus inventos científicos eran la raza conocida como los Tursis. Sus inventos pasaban a cualquier invento de cualquier otras grandes compañías o científicos del mundo. Como el mundo era muy gobernado por aquellos grandes gobernadores, en estos tiempos todo es escaneado por el Gobierno. Todo para mantener un buen orden en todas las razas que había en el mundo. Los edificios y hogares eran sostenidos por una gran base metálica hecha de un gran magneto que hacía que los edificios fueran fuertes y seguros. Nada los podía destruir excepto el creador de todo, pues en tiempos de terremotos el gran Magneto hacía elevar los edificios para que no fuesen afectados por el temblor. Y en tiempos de tsunamis, el poder del magneto los elevaba a lo más alto posible en el aire y así no sufrían daño alguno. Ese gran invento lo crearon la gran raza de los Tursi, porque de tiempos en tiempos siempre eran afectados por esas dos grandes olas de la naturaleza. Y gracias a los Tursis había más paz y tranquilidad al momento de que cualquier evento de la naturaleza pasara. Los trenes subterráneos eran ahora muy extraños, hechos de un poder mágico. Todo se podía ver desde el interior hasta el exterior, el más mínimo detalle lo podían ver, excepto al momento de usar cada cual el baño que por seguridad e intimidad de cada persona era el único lugar donde podían las personas tener privacidad. Igualmente, todo lo demás era hecho del mismo material: los edificios, las casas, negocios y todo cuanto era construido. Hubieron personas que se opusieron a tal orden de construcción del nuevo modelo de vida y seguridad, ya que para ellos eso era perder la libertad de la seguridad íntima y familiar, pues todo lo podían ver desde las afueras lejanas. Sólo los baños y cuarto eran los únicos lugares seguros de que nadie los pudiera ver. Todo, absolutamente todo, era hecho de ese tipo de material mágico. Los que vivían alejados de tal civilización se mantenían escondidos en los lugares grandes como los bosques, cuevas, túneles subterráneos y otros lugares donde no había tanta innovación para ellos. La seguridad de los que vigilaban la gran ciudad de Nueva York era muy buena, aunque comoquiera seguía existiendo guardias corruptos y ladrones, ventas ilegales, juegos clandestinos ilegales. Pero por otro lado, existían los grandes eventos que se celebraban cada año por mandato del presidente del país. Los juegos eran examinados cuidadosamente, pues todas las naciones venían a competir, como todos los años, a la gran ciudad de Nueva York, donde podían demostrar quién sería el mejor en los avances tecnológicos, mágicos y otros inventos en forma de un juego en el gran estadio llamado Daimond Will. El juego consistía en estar montados en su mejor medio de transporte junto a otros dos compañeros de equipo que usando sus mejores inventos tendrían que pasar una gran pelota de soccer aéreo que lanzan a través de un enorme cañón de arma especial que estaría encima o al lado de su medio de transporte. El estadio era muy grande y redondo. Cada equipo tenía un lugar específico donde tenían que lanzar ellos la gran pelota de soccer aéreo y así lograr insertarla dentro de la gran portería que estaría en uno de los equipos contrarios, donde estaría también el portero, evitando así que fuese posible para el contrincante hacer su anotación, los equipos debían de hacer diez puntos para lograr ganar el partido y cada paso consistía de tener la ventaja de obtener los tres potentes láser con los cuales, al usarlos a la misma vez, lograrían destruir las pelotas de soccer aéreo de los otros equipos y así ganar más fácil el juego. Aunque por mucho tiempo nadie había logrado hacer tal acción porque para lograr tener en total los tres rayos, había que proseguir unos pasos para lograrlo. Ya que un equipo lograba obtener uno y otro equipo lograba obtener otro y otro equipo, asimismo, lograba obtener el último y así solo ganaba el que mejor lograba tener los puntos más altos. Aún faltaba una semana y media para la gran competencia mundial del soccer aéreo. Todos los que competían en los diferentes lugares del mundo lucían muy bien concentrados en sus estrategias como equipo y en las cosas que practicaban para el juego. Pero la gran ciudad de Nueva York, como era la sede del gran deporte, lucía mucho más poblada, con muchas personas trabajando en sus propias máquinas voladoras y en sus propias ideas. Los talleres eran llenos por muchas personas, porque buscaban quien los ayudase a poner en mejor condición sus medios de transporte que usarían en el torneo. Las calles, muy grandemente transitadas por las personas que hacían ejercicio, otros comían en las orillas de la carretera y otros solo se dirigían a sus casas y trabajo, otros simplemente paseaban sus montones de animales. Así lucía la gran ciudad de Nueva York en la era del año 3030. Día y noche todos buscaban cada vez ser mejores que los demás, no importando el precio que tenían que pagar para lograrlo. Entre tanto, todos se preparaban para el gran día del gran evento. Buscaban la mejor solución para así obtener la meta final.
La luz del día tenía tenía a Tursi Jr. molesto, ya que la luz le molestaba en su rostro. Tursi Jr., mientras se movía de lado a lado en su cama, trataba de estirarse cuando de momento su alarma comenzó a golpear su cama por debajo de la misma. Eran un tipo de pistones que chocaban con la orilla de la cama, haciendo así que la cama temblara por los impactos de los mismos. Tursi Jr. cayendo de pie en su cama, se quedó mirando alrededor de su gran habitación mientras lucía temblando a causa de los golpes de su alarma en su cama. Después de varios segundos temblando, dijo a voz:
"Apagar la alarma vibradora."
Cuando se hubo apagado, Tursi Jr., sonriéndose, estiró sus manos lado a lado y brincando encima de su cama, comenzó a decir una vez más.
"Solo falta una semana más. Sólo falta una semana más. Sí, sí."
Bajándose de su cama, se dirigió al baño, cuando entró, comenzó a observar hacia abajo a las personas que pasaban cerca del edificio en el cual vivía junto a su familia. Y hablando, volvió a decir:
"¡Wow! La verdad es que esta gran ciudad nunca está vacía. Nunca antes había visto algo así en mi mundo."
Cuando hubo dicho aquellas palabras, comenzó a cepillarse la boca mientras bailaba al ritmo de una canción que estaba al fondo en su cuarto y con su boca hacía un ruido extraño, como deseando cantar la melodía de la música que estaba escuchando. Lucía él muy contento por las cosas que sabía que muy pronto haría. Habiendo acabado de cepillarse, lanzó de su boca lo que tenía y mirándose al espejo, comenzó a observar si sus dientes estaban bien limpiados. Al darse cuenta que lo había hecho bien, se sonrió y saliendo del baño se dirigió al closet, donde comenzaba a ver cuál de toda la ropa que tenía se pondría. Cuando hubo observado muchas de las ropas que no le gustaban para la ocasión, las lanzaba al suelo y decía para sí:
"Esta no. Esta no. Esta no. Esta no."
Y continuaba verificando hasta que, hallando un gran vestido, se sonrió y dijo para sí una vez más:
"Aquí estás. Hoy serás tú."
Tomándolo, se dirigió al borde de su cama y poniéndo el vestido sobre la misma, fue a buscar sus tenis, las que siempre usaba, no importando la vestidura que tuviera puesta en ese día. Las tennis lucían muy extrañas y hermosas a la vez, un estilo único y al lado de las mismas tenía un pequeño diamante que lucía hermoso, junto con una letra "W". Tursi Jr. habiéndolas tomado, se las comenzó a poner primero, cuando lo hubo hecho, comenzó a mirarse en el espejo para ver como lucía con ellas puestas. Mientras observaba, él mismo comenzó a pensar en su gran amiga, la cual se lo hacía especialmente para él. Se le podía ver en su rostro que la extrañaba mucho, pero sabiendo él que ya ella era toda una mujer con esposo e hijos, se quedó tranquilo. Dirigiéndose ahora a la cama, comenzó a tomar las piezas de su traje y se puso primero su pantalón corto de dos colores. De un lado era rojo y del otro era azul. Cuando se lo hubo puesto, se observaba a sí mismo y sabía que lucía muy guapo, que se estaba viendo bien y tomando la camisa comenzó a ponérsela, la cual tenía los mismos colores, pero al revés, del pantalón. Pero en el medio de la camisa tenía un diseño del gran diamante con la letra "W" en medio, que tenía un color muy claro, azul cielo. Habiéndoselo puesto todo, comenzó a ponerse la camisa por dentro del pantalón y sabiendo él que aún le faltaba una cosa, fue a una de las gavetas de su gavetero y abriéndola se fijó en su correa favorita y tomándola, comenzó a ponérsela. Cuando ya la tenía puesta, comenzó a cerrarle el seguro de la misma manera que al lograrlo la hebilla lucía como un tipo igual al diseño del diamante con la letra "W", en el mismo medio del mismo, y se podría decir que era el mismo diamante y la letra que tenía su ropa. Dirigiéndose una vez más al espejo, comenzó una vez más a observar cómo se veía, ahora que tenía puesto todo lo que deseaba usar para un día como el que estaba viviendo, ahora, él, sabiendo que ya estaba listo, se dirigió al baño una vez más y acercándose a un pequeño cuadro que tenía colgando en la pared, comenzó a ver la foto que tenía y era el rostro de él mismo, sonriéndose y mientras él observaba, comenzó a menear sus ojos de lado a lado y de momento, para sorprenderse, la foto del cuadro comenzó a hacer lo mismo que él hacía y así duró como unos diez segundos. Cuando de repente de la pared comenzó a salir una gran caja hacia adelante, juntamente con el cuadro que allí había. Tursi Jr., al ver que había logrado sacar su caja fuerte de su lugar secreto, extendió su mano derecha y sacando algo del interior de la misma y volviendola él a sacar sabía que había tomado lo que buscaba y observándolo se sonrió porque sabía que era su libro poderoso, con el cual andaba con él todo el tiempo sobre su cabeza. Habiéndolo él tocado con su dedo, el cuadro que ahora sobresalía de la pared, comenzó a retroceder hacia atrás y volvió a su estado normal. Tursi Jr., poniendo su libro sobre su cabeza sus cuernos lo aseguraron, y quedó muy bien sujetado para que no se cayese al suelo. Saliendo ahora del baño, entró en un pequeño cuarto que tenía en su misma habitación, cuando encendió las luces del mismo, al sonido de su silbato, podía ver que estaba en aquel lugar su silla y frente a la misma, como a unos veinte pies de distancia, un gran proyector sobre la misma, que sobresalía del suelo, con diferentes tipos de cámaras alrededor del mismo, alrededor del cuarto tenía puesto como paredes unos paneles muy especiales color verde fosforescente. Tursi Jr., sentándose en su silla, provocó que al sentarse salieran de la misma dos grandes controles manuales que se sujetaban a los brazos y manos de él. Del espaldar de la silla en que él estaba sentado, salió un gran escudo protector que le cubría toda su cabeza y de momento aquel cuarto se puso muy oscuro y vino Tursi Jr., y apretando uno de los botones manuales que tenía en su mano, hizo que el gran proyector prendiera, iluminando así todo el cuarto, del cual comenzaron a salir unas imágenes muy hermosas de un gran juego en un estilo único. Tursi Jr,. lucía como si estuviera dentro de aquel juego en el estadio montado en su carro de cinco ruedas, con el cual jugaba con otros que ya estaban dentro del juego esperando por él. Cuando de momento, hablando uno, le dice :
"Amigo, llegaste tarde. Eso nunca antes lo hacías."
"Disculpen la demora amigos, es que hoy me puse mi mejor vestido para cuando terminemos de jugar poder ir a verlos."
"Ya veo, ¿a quién deseara sorprender nuestro amigo Tursi Jr? Eso me parece que es que está enamorado". Le dijo Ronzi.
"No creo que sea eso. Tursi Jr. nunca antes he estado enamorado". Dijo Grindes.
"Ya, ya basta de preguntas. Vayamos al juego. ¿Con quiénes competimos hoy?" Preguntó Tursi Jr.
"Ronzi, dile. No te quedes callada". Le dijo Grindes.
"Hoy nos toca jugar con los poderosos hermanos trillizos. Ya sabes cómo la pasamos la última vez con ellos, amigo."
Tursi Jr,. entristecido un poco por la noticia, ya que sabía que ellos eran los mejores en el juego. Se sacudió la cabeza y sonriéndole a sus dos compañeros de juego, les dijo:
"¿Por qué tenemos que estar tristes? No, eso no. No más. Demostremos hoy a estos que aunque son los mejores, no nos ganarán fácilmente. Eso es lo único que tenemos que demostrarles, así que a jugar y ellos verán que hoy es muy diferente a los otros días."
Ronzy, siendo una muchacha muy inteligente, sabía que lo que Tursi Jr,. decía sólo eran palabras de motivación para ella, porque ella sí sabía lo que iba a pasar y sonriéndole a Grindes y a Tursi, les dijo:
"Que así sea. Demostrémosles una vez más a ellos de lo que somos capaces de hacer en este día."
"Así se habla, amiga. Nunca antes te había visto de tal manera hablando". Le dijo Grindes a ella.
Grindes, un joven de alta altura, de un gran peso de 300 libras que no sólo amaba el juego computarizado, sino que también amaba las diferentes comidas del mundo. Aún mientras jugaba no podía detenerse de estar comiendo algo, pues su pasión por esas dos cosas era tratar de disfrutarlas al máximo en todo tiempo. Cuando comenzaron a jugar, veían cómo los hermanos trillizos venían tras ellos en sus naves en forma de carro, que trataban de alcanzarlos para llevarles la delantera del juego y así poder ganarles. Hasta que de momento, sorprendido por un movimiento, el gran Tursi jr pudo tomar posición de la pelota.
"El juego ha acabado, el juego ha acabado, el juego ha acabado", decía la voz de la máquina de juego, cuando de momento el apagón del juego hizo a Tursi Jr. enojarse porque una vez más los hermanos trillizos acabaron con él y con sus dos compañeros.
Tursi Jr. desconectandose del control de la mano. Se bajó de la silla rápidamente y saliendo de aquel cuarto, comenzó a hablar consigo mismo diciendo.
"¡Otra vez más! ¡Otra vez más! Esto no puede ser. ¿Por qué será que nunca les podemos ganar a ellos?"
"Ronzi y Grindex tienen razón. Algo estamos haciendo mal. Porque ni una anotación tan siquiera hicimos. ¡Es increíble!" Decía Tursi jr, muy molesto.
Tursi jr. Saliendo de su habitación, comenzó a caminar por el pasillo de su gran mansión, donde vivía junto a su hermana Tursilina y sus padres. La mansión, la cual estaba en el mismo edificio donde otros vivían, estaba hecho del mismo material mágico científico que todos tenían. El gran edificio en que ellos vivían, lucía de dos pisos. Redonda la estructura por dentro y por fuera, tenía 8 habitaciones, 8 arriba y 8 abajo, y del mismo modo en la parte de abajo tenía más habitaciones con baños y todos tenían sus propias duchas. En el mismo centro de la mansión había una gran estatua del gran Tursi junto a Tursi Jr. sosteniendo los dos la gran máquina inventada por ellos, la cual usaron una vez en una de las grande competencias de soccer aéreo y Tursi Jr. tenía planeado usarla, quizás en una de las próximas competencias anuales del gran juego llamado soccer aéreo, "el más veloz, gana". Ese era su pensamiento. Según Tursi Jr., un juego amado por todos, por su estilo de juego y reglas, muchas personas grandes y pequeñas deseaban siempre ser parte de algún equipo que los haga siempre, por lo menos entrar en las calificaciones a las eliminatorias. El mundo entero esperaba la llegada de la fecha del gran torneo. Nadie se lo quería perder. Todos deseaban ser conocidos por los mejores jugadores del mundo. Pero para eso tendrían que lograr atravesar las primeras pruebas de calificación nacional, para así lograr entrar a las siguientes fases de calificaciones territoriales en Estados Unidos para por fin lograr entrar en las calificaciones mundiales. Para eso,Tursi Jr. y sus dos compañeros se preparaban día a día fuertemente, ya que tanto tiempo de dedicación de la escuela, trabajo y la ayuda mutua los motivaba a ver el día en que llegará por fin la fecha del verano para dar lo mejor de ellos en las diferentes plataformas de entrenamientos que existían para practicar y lograr así competir fuertemente y vencer las diferentes dos fases de calificación, para así llegar a entrar a las mundiales de cada año. Tursi Jr. cuando hubo bajado las escaleras y llegado al frente de la gran estatua donde él y su padre sostenían su invento científico, sonrió no con muchas ganas de hacerlo, cuando de repente siente sobre sus hombros unas manos sobre él y una voz que le decía "¿Estás listo para ganar la competencia, hijo?" Tursi Jr. sonriéndole y asustado un poco, reaccionó rápido y mirando a su padre. Muy inseguro le dijo:
"Sí, padre, estoy listo. Eso creo."
"A mi me parece que estás alegre de que por fin podrás compartir tu juego con tu nueva máquina, hijo". Le dijo el gran Tursi a su hijo.
"Padre, ¿tú crees que yo sea bueno en esto? ¿No será que sólo es un deseo mío el querer siempre competir en las mundiales aunque no lo logre ganar?"
"Hijo, yo sé que siempre has deseado llegar a las mundiales y ganar, pero no siempre eso sucede. Un logro grande haces, hijo mío, en pasar las dos calificaciones del juego para lograr entrar a las calificaciones mundiales. Ya, eso para mí, hijo, es un gran logro. Siéntete orgulloso de que por lo menos tú y tus dos compañeros logran competir en las mundiales, donde bien sabes que no todos lo logran y tú, al menos, lo logras."
Tursi Jr., sonriéndose con su padre le dice:
"Padre, ¿sabes que eres el mejor padre, que ninguno hay como tú?"
"Sí, hijo. Lo sé. Siempre me lo dices cuando te regaló algo en especial. Ahí es cuando más me lo dices."
Tursi jr, sonriéndole, le dice:
"Papá, no hables así. Eres el mejor padre y lo sabes."
"Sí, hijo, lo sé. Tú sabes que todos los demás hijos e hijas dicen lo mismo de sus padres. Y todo lo entiendo. Lo dicen porque nos aman y somos sus padres. Eso es lindo y es hermoso escucharlo de ustedes mismos, nuestros hijos. Nos hace sentir muy orgullosos de que hacemos bien nuestro trabajo como padres."
"Pues si lo haces bien o no, padre, no lo sé, pero como quiera te amo. Eres el mejor. Pero ahora nos vemos que tengo que practicar con Ronzy y con Grindex en la práctica real, porque en la virtual nos destrozaron no hace mucho."
Tursi Jr. dirigiéndose a la puerta, salió con su hermana y madre que estaban juntas en la cocina y abriendo la puerta, su padre volvió a hablarle diciéndole.
"Pero hijo, antes de que te vayas, dime qué es lo que deseas para tu cumpleaños, ya que en pocos días los cumplirás."
Tursi Jr. oyendo lo que su padre le dijo, se quedó pensativo, buscando que pedirle, pero no sabía qué y observándolo a los ojos, le dijo.
"¿Sabes qué, padre? Aún no sé qué pedirte de regalo. Déjame pensarlo. Luego, más tarde, te diré. Te quiero mucho y buen provecho al comer. Los amo a todos. Bye."
"Tras Tursi Jr. Al trancar la puerta, su padre, observando la gran estatua de ambos, se sonrió y llegando a la cocina saludó a su hija y a su esposa, a la cual hablándole le dijo.
"Amor, ¿qué regalo le darás esta vez a Tursi Jr.?"
"No lo sé, aún no me ha dicho. Si de aquí a dos días no me dice nada antes que llegue su día, le habré elegido algo, porque ya tú sabes cómo es él de distraído cuando se trata de estar practicando mucho ese deporte que tanto anhela ganar en las mundiales, pero yo sabré qué hacer con él."
Mientras había dicho aquellas palabras, comenzaron Tursilina, Tursa y el gran Tursi a cenar la gran comida que ella había preparado. Cuando de momento habla Tursilina a su padre diciendo:
"Padre, ¿está bien si puedo ir con mis amigas al campo de pelota a jugar hoy? Tendrán un juego amistoso contra ellas en la ciudad."
"Claro que sí, mi pequeña hija hermosa. Vaya y diviértase mucho.
"Sí, gracias, padre mío. Eres el mejor padre de todos."
Tursilina , muy alegre, salió corriendo a buscar sus cosas de jugar para lograr encontrarse con sus amigas, pero su padre, viéndola alejarse, le dijo a su esposa:
"Mujer, ¿por qué será que los niños nos dicen que somos los mejores padres cuando les damos las cosas que ellos desean tener o oír? Porque si hacemos lo contrario lo que dirían sería "Ah, eres un mal padre..." o "el papá de fulana o fulano es mejor que tú". ¿Quién podrá entenderlos a ellos?"
"Así es, esposo mío. ¿Quién puede entenderlos? Son nuestros hijos."
Ambos, riéndose el uno al otro, comenzaron a comer de lo que estaba ya servido en la mesa, y mientras comían, sólo podían sonreír el uno al otro de las cosas que vivían junto a sus hijos. De repente ven a su hija con sus cosas de pelota en sus manos y un bulto sobre ella, corriendo hacia la puerta y diciéndoles:
"Nos vemos más tarde, padres. Y recuerden que son los mejores. Los amo."
El gran Tursi, observando una vez más a su esposa, se echó a reír una vez más por lo que dijo su hija.
Todos los que vivían en el mismo edificio de la familia de los Tursi, lucían desesperados por lograr llegar a tiempo a sus trabajos, juegos o escuela u otros tipos de actividad. Tursi Jr. esperaba muy ansioso por lograr llegar a la práctica junto a sus amigos, viendo él que aún en la entrada del lobby del gran edificio había una gran fila de espera a causa de la tormenta invernal, comenzó a decir para sí:
"Pero, ¿por qué aún no se detiene esa tormenta? Ya se supone que acabará su temporada."
Cuando de repente oye una voz que le dice:
"Hola hermano, ¿aún sigues aquí? ¿Con quién hablas?" Le preguntó Tursilina.
Túrsi Jr. sorprendido de que su hermana estuviera a su lado. La observó y le dijo:
"¿Qué haces aquí, hermana? ¿Mamá y papá te dejaron salir ahora?
"Sí ¿Cómo la ves? Me dejaron ir al parque a jugar con mis amigas. ¿No es divertido poder salir a solas?" Preguntó Tursilina.
"Sí, hermana, es divertido. Lo que no es divertido es la gran tormenta que aún nos detiene aquí."
Tursilina, observando hacia adelante de ella, se percató que la tormenta no se iba a detener aún y le dijo al oído a su hermano diciéndole:
"Hermano, creo que si nos quedamos aquí sin hacer nada, aquí nos quedaremos. Usemos nuestros secretos para lograr salir de aquí, ya que tú estás tarde y yo también. Si no lo hacemos, nos perderemos el día de estar junto a nuestros amigos jugando. ¿Qué dices? ¿Lo hacemos?"
Tursi Jr., muy pensativo, sabía lo que ella decía, pero dudaba de querer usar sus poderes secretos. Pero mirando alrededor de ellos, se dio cuenta que había que hacerlo y que su hermana tenía razón en lo que le había dicho y mirándola, le dijo:
"Está bien. ¿Estás lista?"
"Siempre, hermanito, tú sabes que lo estoy". Dijo Tursilina.
"A la cuenta de tres lo hacemos juntos. ¿Ok?. Y así lograremos que nadie nos vea."
"Está bien, está bien, hermano". Le dijo Tursilina.
Mientras comenzaron a observar a todas partes, esperaban la oportunidad de usar su poder secreto sin que fueran vistos por alguno. Cuando de momento Tursi Jr. dijo a su hermana:.
"Uno, dos, tres."
Cuando hubieron contado, Tursilina y Tursi Jr. alzaron sus piernas derechas a la misma vez y pegándole fuerte al suelo, provocaron una pequeña atracción mecánica que hizo que en todo aquel lugar todo se detuviera sin que nada estuviera moviéndose. Los dos, al ver que habían logrado detener el tiempo, se sonrieron y comenzaron a caminar entre las personas como si fueran los únicos que allí estaban. Cuando hubieron salido a las afueras del edificio, se percataron ambos que el día lucía muy espantoso y no gustándole a los dos, se dijeron el uno al otro.
"¿Lo hacemos aquí también?"
"Sí, hagámoslo". Dijo Tursilina. "Este es un día muy especial y nadie nos lo dañará".
Cuando de momento ambos comenzaron a usar sus manos, de las cuales salía un poder que salía de entre ellos a través de sus libros, que emanaba una gran fuerza que tenían sobre sus cabezas, Y comenzaron los dos a desplegar los aires. La gran tormenta invernal que allí había, con su gran poder, comenzaron a moverla y también toda la nieve que había caído en toda la ciudad de Nueva York. Al percatarse de que lo habían logrado, después de unos minutos dijo Tursilina a Tursi:
"Ahora sí, todos tendremos un gran día. ¿Verdad, hermano?"
"Así es, hermanita. Gracias a ti y a mí. Y a quien nos ayuda". Dijo Tursi Jr.
"Somos los mejores, hermano. Jaja."
"¿Lo haces tú o lo hago yo, hermana?" Preguntó Tursi Jr.
"Yo lo hago, yo lo hago" dijo tursilina.
Vino Turslina y tronando sus dedos, provocó una vez más que el tiempo volviera a seguir. Y todos los que antes habían visto la tormenta invernal, al ver que ahora nada de eso había sino un gran y agradable día con un sol calentador sobre sus rostros, se podía ver cómo cada uno de ellos, al seguir sus caminos, se despojaron de sus ropas de frío para disfrutar del agradable día que solo les había dado calor. Tursi Jr. al ver los rostros de alegría de todos, se sonrió con su hermana y le dijo:
"Bueno, hermanita. Hasta aquí es nuestro día. Ya vienen por mí. Mira…"
"Qué bueno, hermano. Espero que esta vez logres entrenar al máximo, porque hay que ganar las mundiales. ¿Está bien?"
Mientras Tursilina le decía esas palabras a su hermano, el carro volador de sus compañeros se acercó al lado de ellos y abriéndose la puerta del mismo hacia ambas partes, salió hablándole Ronzi diciéndole:
"Tengo una pregunta para los dos."
"¿Qué pasó, amiga? Dinos" le dijo Tursi Jr.
"Me imagino que todo esto de la naturaleza fueron ustedes. ¿O me equivoco?" Preguntó Ronzi.
"¿De qué habla ella, hermana? ¿Tú sabes qué dice?"
"No, hermano, la verdad no la entiendo."
"Pues si no la entendemos, nada podemos responderle". Dijo Tursi Jr.
"Te amo, hermano. Pásala bien.
Que ya sí me voy. Porque si no, llego tarde. Bye". Le dijo Tursilina a su hermano mientras se iba.
"Esta hermana mía tan especial..." Decía Tursi Jr.
Mientras veía a su hermana alejarse y lograr montarse en un tren volador, esperaba que esta se fuera por completo. Cuando su hermana se hubo desaparecido, volvió en sí y observando a sus compañeros les dijo:
"¿Por qué me miran así? Nooo.. ¿Tengo algo en mi rostro? ¿Dónde está? Díganme. ¿Tengo algo?"
Tursi Jr., mientras buscaba lo que supuestamente podía tener en su rostro, sus dos compañeros lo observaban seriamente por lo que les hizo pues nunca les había dado respuesta a su pregunta.
"No te preocupes, amigo, no tienes nada en el rostro. Acaba y súbete, que el tráfico está por todas partes loco". Le dijo su amiga Ronzi.
Tursi jr., viendo la tristeza de sus dos compañeros, se montó en el carro de su amiga y comenzaron a volar muy alto y mientras recorrían el camino, un silencio breve había dentro del carro y cada cual solo observaba a la parte de afuera de la gran ciudad de Nueva York y su tráfico de montones de personas caminando y otros medios de transporte por todas partes, tanto voladores como por tierra. Todo lucía muy hermoso alrededor de la gran ciudad. Cuando de momento Ronzi, al percatarse de un auto fuera de control que venía hacia ella, se detuvo rápidamente, provocando así que Turzi Jr., que no llevaba el cinturón puesto en la parte de atrás, se pegara fuertemente con el asiento de su amigo Grindex . Pero la reacción de Turzi Jr. por lo ocurrido fue muy inocente, de tal manera que le dijo a ella:.
"Oye, no es justo tratarme así por no haberte contado tu pregunta, amiga."
"No soy ese tipo de mujer amigo. Mira primero lo que está pasando y entenderás por qué me detuve así de repente."
Tursi Jr., al observar hacia adelante, ve cómo sus dos compañeros lucían sorprendidos de lo que veían y se percató él que un carro volador estaba vuelto loco, dando vueltas en forma de círculo, provocando así detener el tráfico aéreo en el cual ellos se encontraban. Ya que había varios tráficos aéreos, dos en la parte de abajo de ellos y tres más arriba de ellos. Un total de 6 vías aéreas en toda la gran ciudad. Sin contar las que se usan normalmente por tierra y bajo tierra.
"Oh no, llegaremos tarde a las prácticas", dijo Tursi Junior.
"Todo parece ser que necesitamos más que un milagro para lograr llegar a tiempo a las prácticas" dijo Ronzi.
"Oh, sí, así es, amigos. Yo creo que necesitaremos más que un milagro para lograrlo. Qué malo, ¿verdad? Tan animados que estábamos hoy" dijo Grindes.
Estos comentarios tan directos hacían los compañeros de Tursi Jr., provocando que su amigo hiciera algo porque ellos se imaginaban de los poderes que sí tenía Tursi Jr. Y no dejaban de hablar de lamentos, buscando así que su amigo hiciera algo por ellos y ver así la realidad de sus grandes poderes. Tursi Jr. lucía muy pensativo, deseando lograr llegar a tiempo a las prácticas. Él sabía que era muy importante para ellos y debían hacer algo, pero a la misma vez le asustaba que sus dos compañeros lo delataron y contaran a alguien sobre sus poderes. Pero observando su reloj, se dio cuenta que aún el carro que estaba descontrolado no lo habían podido detener. Y viendo que el tiempo pasaba, reaccionó y dijo a sus compañeros:
"Solo espero que me prometan que nunca contarán de esto a nadie, pero a nadie. Ya saben que si lo hacen me perderán como su amigo. ¿Trato hecho?"
Ronzi y Grindex , sonriendo a la misma vez, dijeron:
"Lo prometemos, hasta la muerte."
Y alzaron sus manos en señal de promesa. De momento, Tursi Jr. poniendo sus dos manos sobre el asiento, les dijo a los dos compañeros:
"Mantengan la mirada al frente, cerrada y por nada miren y no se muevan hasta que yo les diga. ¿Entendido?"
Cuando Tursi Jr. les había dicho eso, de repente de sus manos comenzó a salir un poder que poco a poco comenzó a crear en el carro una especie de cobertura que los hacía invisibles a todos y a la misma vez veloces. Cuando lo hubo hecho, de repente con el poder de su mente, Tursi Jr. comenzó a pilotear el carro volador lentamente, saliendo así del tráfico aéreo y tomando una ruta secreta salió volando velozmente sin ser visto por nadie y se dirigía al gran estadio donde tenían que practicar. En solo segundos, Tursi Jr. había logrado llegar sin ninguna dificultad a la entrada del estadio mágico y hablándole a sus compañeros, les dijo:
"Ya pueden abrir sus ojos."
Cuando ellos abren sus ojos, para su sorpresa, ya estaban frente al estadio y sonriéndose dijeron para sí, el uno al otro:
"¡Guau! Ni pensé que sería tan rápido" dijo Ronzi.
"Esto es lo que yo me imaginaba, amigo, eres genial" dijo Grindex .
"Ya basta de halagos, amigos. Bajémonos que se nos hace aún más tarde" dijo Tursi Jr. a los dos.
"¡Guau! Me sorprendes, amigo. Eres el mejor" dijo Ronzi.
Preparados los tres, comenzaron a caminar hacia la entrada del estadio, el cual lucía muy gigantesco y muy hermoso.
Cuando hubieron entrado al interior del gran estadio, asombrados cada vez que llegaban al mismo, se percataron que cada vez era un privilegio lograr estar allí. Las prácticas estaban a punto de comenzar, pero aún Tursi Jr. y sus dos compañeros estaban en su taller dentro del estadio, preparándose. Todo para ellos era muy desesperante, la tensión era mucha y mientras se ponían sus trajes especiales que los identificaba a ellos como el equipo "La Esperanza del Diamante", el cual tenía una gran imagen de un diamante y una letra "W" en el diamante que los hacía lucir muy especial y únicos, en el mismo centro del pecho de sus trajes.
"Amigos, ¿qué máquinas usaremos para las prácticas? Recuerden que Gaby La Cabra sólo ha arreglado dos de ellos y eso significa que tenemos que usar uno de los que usamos para los torneos regulares." dijo Tursi Jr. a sus compañeros.
Tursi Jr., pensando en lo que había dicho, se terminó de amarrar su zapato y poniéndose en pie, dijo a sus dos compañeros una vez más:.
"Bueno, no nos preocupemos por eso. Usaremos hoy las tres máquinas que siempre usamos para los torneos regulares, porque aunque sólo hoy es práctica. Tendremos la visita de los diferentes presidentes deportivos de cada país. Y así, esa es la gran oportunidad que tenemos nosotros de mostrarle a todos que pueden contar con nosotros en las otras competencias anuales que deseamos participar. Así que tomé la iniciativa de llamar antes a Gaby La Cabra, para que hoy estuvieran listas las máquinas para las prácticas de hoy. Amigos, hoy tenemos que practicar como nunca antes, porque de lo que vayan a ver ellos hoy dependerá si su atención estará en nosotros en las mundiales de este año. Qué mejor decir que serán en unos días. Así que vayamos a dar lo mejor allá afuera. ¿Está bien? Lo lograremos. Si practicamos fuerte, lo lograremos." Les dijo Tursi Jr.
"Así será. Lo lograremos, amigo. Lo lograremos." Le decía Ronzi.
"Bueno, sí lo lograremos, siempre y cuando nos mantengamos enfocados en los puntos y la defensa que se nos hace muy difícil." Dijo Grindex .
"La diferencia ahora, amigo, es que esta vez usaremos las mejores máquinas, las cuales son más rápidas y más fuertes." Les dijo Tursi Jr.
De momento, un pequeño silencio surgió tras las palabras de Tursi Jr, pues Rossi y Grindex sabían que las máquinas que ahora iban a usar si los ponían en una mejor posición en la práctica y sonriéndose los dos con la inteligencia de su amigo Tursi Jr, dijo Grindex :
"Tu siempre buscas la mejor manera de demostrar que seremos los mejores. Y eso me gusta mucho. Eres muy positivo."
"Tu sabes amigo. Lo mejor para nosotros, siempre." Le dijo Tursi Jr.
"Pero no olvidemos una cosa Tursi Jr. Estas máquinas son todo lo que tenemos por ahora y para las mundiales, así que tenemos que cuidarlas." Dijo Grindex .
"Ya lo había pensado antes y en unas prácticas como hoy ninguno desea estropearla. Por eso sé que lo lograremos y venceremos."
Dijo Tursi Jr. a ellos dos, convencido de que tenía todo bajo control.
Pero de repente una alarma se comenzó a escuchar, la cual, escuchándola ellos sabían que era ya la hora de estar listos. Tenían que montarse en sus máquinas y dirigirse al centro del estadio donde iban a recibir las instrucciones de los árbitros y reglas. Cuando comenzaron a caminar, a Tursi Jr. le da con observar todo el taller en el cual estaban todas sus maquinarias de mecánica y sus máquinas voladoras viejas que eran para las prácticas, las cuales usaba por muchos años y fijándose en una pequeña placa, se estaba saliendo del frente del bonete de su vieja máquina y llamando por la curiosidad, fue a ver el porqué estaba así. Y estando frente a la misma y observándola, se le vino a la memoria de cómo unos años atrás con esa misma máquina iba a ganar las mundiales del 3020, el cual había llegado en segundo lugar y sonriéndole tomó aquel pedazo de placa y se lo puso en su ropa y lo guardó y escuchando la voz de Ronzi que le llamaba, volvió a ellos corriendo y Ronzi, y al verlo tan raro, le dijo.
"¿Pasa algo amigo?"
"No, no, sólo tuve un pequeño recuerdo." Le dijo Tursi.
"Vamos. Que estamos tarde." Dijo Grindex .
Habiendo salido los tres del gran taller se dirigieron a la parte delantera del lugar que ellos tenían para todos sus ayudantes y mecánicos, y otro pequeño lugar llamado el lugar especial para algún invitado que deseara ver todo lo que pasaba desde allá adentro mientras practicaban o jugaban, cuando los que estaban en aquel lugar vieron que Tursi Jr Grindex y Ronzi comenzaron a aplaudir y ellos tres comenzaron a saludarlos. Parecía todo muy emotivo y acercándose, un muchacho alto y flaco los comenzó a saludar con sus manos llenas de grasa, pues era su mejor mecánico, el cual les decía:
"Ya era hora que comenzarán a llegar un poquito más temprano. Vengan y miren. He preparado las tres máquinas que dijiste." Dijo Gaby la cabra a Tursi Jr.
Mientras seguían al mecánico, sólo se mantenían ellos observando sus máquinas muy bien preparadas, y sus rostros lucían muy sorprendidos de cómo las habían dejado. Entre tanto, Gaby, la cabra, les explicaba todo lo que les había hecho a las máquinas. Cada uno de ellos sólo se mantenía apreciando todo lo que él había hecho con ellas. Pues pues el cambio era muy notable. Los cañones que lanzan las bolas de soccer aéreo lucían más grandes y fuertes. La seguridad que ahora tenían las máquinas alrededor era mucho más segura. Las protegía a ellos de los golpes fuertes de los equipos contrarios. Cada uno de ellos lucía muy seguro ahora de lograr y ganar no sólo las prácticas, sino también las mundiales. Otra alarma de momento comenzó a sonar, la cual era la de que todos tenían que estar listos y salir a las afueras de los camerinos y presentarse al centro del gran estadio donde todos tenían que practicar. Pero cuando se hubieron montado los tres en sus máquinas, el mecánico se acercó a la parte de la máquina de Tursi y tocándole la ventana deseaba decirle algo muy importante a su amigo. Tursi Jr. al bajar su ventanilla le dijo:
"¿Pasa algo Gaby?"
"Sí, se me olvidó algo. Escuchen, oí un rumor que supuestamente a todos hoy les sorprenderá. No sé que es, pero al llegar ustedes allí lo sabrán. Así que estén pendientes. Es para que vayan listos. Y no se sorprendan de lo que escuchen. Si escuchan algo raro, ya están advertidos." Decía Gaby, la cabra.
"Está bien. Gracias por eso, amigo. Probemos los radios que estén todos bien. ¿Está bien?"
"Sí, dale, que tenemos que hacer lo mejor. Está bien. Dale." Dijo Gaby la cabra.
Habiendo bajado de la máquina, Tursi Jr. vino junto su micrófono y hablándole, poniendo su audífono junto con el radio, comenzó a decir:
"Equipo Esperanza del Diamante. ¿Me escuchan? Aquí, equipo. ¿Me escuchan?"
"Sí. Aquí el equipo de Esperanza del Diamante respondiendo. Soy yo." Dijo Ronzi.
"La esperanza del Diamante, aquí Grindex , a su orden."
"Escuchen bien; hoy será un gran día." Dijo Tursi Jr.
"Pues estén listos. Enciendan sus motores." Les dijo Gaby.
Cuando de momento cada uno encendía el motor de su máquina voladora y habiéndolo logrado su sonido era único y muy especial. Mientras ahora las máquinas se alzaban lentamente del suelo, se comenzaron a abrir las dos puertas que estaban frente a ellos, que les daba acceso al centro del gran estadio donde ya estaban saliendo de otros camerinos otros competidores igual que ellos y escuchando la voz de Gaby, el mecánico, sus amigos les oía decir:
"Bueno, equipo de la esperanza del Diamante. Salgan de aquí y den lo mejor de ustedes allá afuera. ¿Está bien?" Les dijo Gabi la cabra.
Ahora, lentamente, comenzaron a salir los tres de su camerino. Cada uno podía sentir la gran sensación que era ser parte de una gran competencia como esa que aunque ahora sólo era una práctica, todo para ellos era un gran privilegio estar entre los mejores del mundo. Mientras ahora se acercaban al centro del campo, a lo más alto del mismo, Tursi Jr., se estaba percatando que algo raro estaba pasando, pues se dio cuenta que había en el lugar muchas más personas compitiendo en las prácticas de lo normal y hablando con sus compañeros por radio, les dijo:
"Amigos, ¿no ven algo raro aquí?"
"Lo único que veo raro aquí es que estoy montado en una gran máquina. Wow, ¡qué lindo se siente esto!" Dijo Ronzi.
"No le hagas caso a Ronzi, Tursi Jr. Tú sabes cómo es él cuando tiene un nuevo juguete." Dijo Gridex.
"Sí, pero es serio. Miren bien, tenemos más competidores de lo normal." Dijo Tursi Jr.
Ronzi, mientras observaba todo, se le podía ver cómo contaba cada una de las naves y sí pudo entender lo que decía su amigo Tursi Jr. Pero Grindex se percató de otra cosa. Podía ver que no sólo había más competidores, sino que los competidores eran más añadidos de los equipos ya calificados. Ahora sus rostros lucían extraños y ambos le dijeron saber lo que venían a Tursi Jr.. Y Tursi Jr. acordándose de lo que le había dicho su mecánico Gaby, la cabra les dijo a sus compañeros.
"No nos alertemos aún, lleguemos hasta ahí y veamos qué es lo que realmente pasa."
Mientras había dicho estas palabras, poco a poco se comenzaron a acercar cada uno de ellos, esperando así saber qué era lo que estaba pasando.
Cuando ya estuvieron delante, todos los competidores de aquel que los iba a practicar, comenzaron a escuchar lo, que decía:
"Competidores del gran torneo de Soccer aéreo, como antes lo habían ya informado. Desde este año en adelante habrá un pequeño cambio en las competencias regulares y mundiales de soccer aéreo."
Mientras la presidente del deporte daba a conocer la nueva regla de soccer aéreo, se podía observar la cara de asombro de Ronzi, Grindex y Tursi jr, porque eran los únicos que no sabían aún de la nueva orden del gran deporte del soccer aéreo. Se podía observar como la preocupación ahora había invadido la mente de Tursi Jr. y sus dos compañeros por lo que estaba ocurriendo. Mientras aún la presidente, la cual se llamaba Klimsin Dork seguía hablando, diciendo:
"Ahora cada grupo de competidores ya no será más de tres personas, sino de siete y tres suplentes en caso de emergencia. Las demás reglas ya las saben, esas siguen siendo las mismas. Les deseo mucha suerte y que gane el mejor aún mientras estén practicando."
"Pero señora, señora, disculpa, no nos habían informado sobre eso y no tenemos otros compañeros para lograr competir. ¿Cómo lo haremos?" Preguntó Tursi Jr. Muy incómodo.
"Bueno, el motivo de esta noticia aquí ahora es para dejarles saber a los que aún no lo sabían y así puedan prepararse para la Mundial siguiente, que es dentro de tres días. Creo que aún podrás conseguir a otros compañeros para ese día. Sólo búscalos, que sé que los encontrarás." Le dijo ella.
"Sí. Qué fácil lo dices, pero es difícil de hallarlos. Se ve que eres solo la presidente, te admiro mucho como competidora y eres mi mayor ídolo. Pero respecto a este tema, creo que no es fácil lo que dices." Le dijo Tursi medio molesto a ella.
"Bueno, ahora es hora de practicar. Ya saben lo que deben de hacer. Ah, y ustedes sólo por hoy podrán practicar los tres, pero para las otras prácticas deberán tener a sus otros compañeros. De lo contrario, no podrán practicar ni mucho menos jugar en la Mundial. Les decía ella a Tursi Jr y a sus compañeros. Unos se burlaban de lo que Tursi Jr. y a sus compañeros les estaba pasando, pero otros les decían que los lograrían conseguir y tendrían a sus nuevos compañeros.
"Tursi Jr. ¿Qué vamos a hacer con todo esto? No conocemos a nadie capaz de aprender a conducir estas máquinas voladoras en tan poco tiempo y mucho menos aprenderse el juego tan rápido." Le dijo Ronzi a través de radio a su amigo.
"No nos preocupemos ahora de eso. Sé que algo bueno vendrá de todo esto. Nada pasa por casualidad. Hay un plan detrás de todo esto que nos está pasando."
Les decía Tursi Jr.
Cuando estuvieron todos en sus posiciones, desde la tierra abajo se podía ver cómo salía un gran tubo que sostenía una gran pelota de soccer aéreo bastante grande. Y mientras subía, cada uno de los competidores sólo esperaba que la pelota fuera lanzada para lograr así ser el primero en tomar posición de la misma. El gran reloj que ahí había indicaba los segundos que faltaban para que la pelota fuera lanzada por los aires y así empezará el juego. Mientras todos ansiosos esperaban el lanzamiento, dijo Tursi Jr a sus compañeros:
"Amigos. Somos sólo tres en el equipo. Cada uno de los demás tiene siete. Así que debemos de ser mucho más ágiles y veloces que ellos, porque de lo contrario seremos el hazmerreír en este día, que pensamos que era el mejor. Así que hagámoslo." Decía Tursi.
Cuando hubo terminado Tursi Jr. de hablar aquellas palabras solo quedaban cinco segundos para el lanzamiento de la pelota y alistándose muy bien todos de momento la pelota fue lanzada y para sorpresa de todos, el primero que tomó posesión de ella fue Tursi Junior, que con gran habilidad logró llevarla a la delantera y así jalar la pelota que se mantuvo por debajo de su máquina voladora a través de la tubería que tenía, que la dirigía a la parte de arriba del cañón donde la pelota sería lanzada para así lograr el primer punto para ellos. Ahora todos lo seguían para tratar de quitarle la pelota, pero Tursi Jr., teniendo a sus soldados, a sus dos compañeros, lograban esquivar a sus oponentes y así llegar al lugar donde estaba su blanco, lograr hacerle el primer gol y aunque iban bien para hacer su primer punto, la portería que le tocaba a ellos era la del equipo más difícil de enfrentar. Pero eso no intimidaba al pequeño Tursi Junior y sus compañeros. Y ahí iban. Sus rostros lucían de que lo lograrían hacer y de repente, hablando Ronzi, dijo a Tursi.
"Cuidado, amigo. A tus espaldas se están acercando. Bajemos rápido y volveremos a subir. Así lograremos tener un poco más de ventaja." Dijo Ronzi.
"Está bien, hagámoslo así." Dijo Tursi Jr.
Cuando de repente comenzaron a volar bajando altura, para así lograr escapar de aquellos que los estaban alcanzando. Habiendo ellos y sabiendo ellos que ya todo estaba bien, comenzaron a subir rápidamente, dirigiéndose así a la portería donde tenían que meter la pelota para lograr su primer punto. Los tres lograron esquivar a sus oponentes, tanto los que venían de atrás y de al frente y por al lado. Hasta que después de varios segundos Tursi Jr., viendo la gran oportunidad de lanzar la pelota a la portería, observó bien dónde estaba el que protegía la portería y mirando un buen lugar para lanzar la pelota, lo hizo, dándole a un botón rojo que al presionarlo lanzó como un cohete la pelota de soccer aéreo, la cual se dirigía a la portería velozmente y se podía ver que los ojos de todos se movían a dirección a donde la pelota iba y unos trataban de detenerla y otros de romperla y otros de cogerla. Pero ellos, por más que intentaban, todo fue un fracaso. La pelota que había lanzado Tursi Jr. logró entrar en la portería del contrario, haciendo así el punto principal de la práctica. Tursi Jr., sabiendo que lo había logrado, comenzó a gritar alegremente y sus dos compañeros también, y dirigiéndose los tres al centro del parque, celebraron mucho y comenzaron a dar vueltas en sus máquinas voladoras en señal de celebración por el gol obtenido. Mientras los otros equipos observaban la celebración de ellos, una vez más, el gran tubo que sobresalía de la tierra bajó sosteniendo consigo una nueva pelota de soccer aéreo, para así lograr conseguir que el juego continuara. Ahora todos, una vez más, se preparaban en sus puestos para esperar por el lanzamiento de la pelota y seguir así jugando durante la práctica. Cuando fue lanzada una vez más la pelota, todos iban por ella a toda velocidad, pero esta vez quien tomó la pelota fue el equipo de Rusia, el mejor equipo del mundo seguido por Francia. Los demás equipos eran Inglaterra, Alemania, México, El Salvador, Japón, Colombia, África, República Dominicana, Cuba, España, China, Corea del Sur, Corea del Norte, Canadá, India, Israel, Egipto, Chile, Honduras, Argentina, Brasil, Vietnam, Jamaica, Costa Rica, Haití, Irán, Iraq, Puerto Rico y el anfitrión de la Mundial que es Estados Unidos. 31 equipos que calificaron a estos mundiales, los cuales mientras practicaban, deseaban llamar mucho la atención de los diferentes reclutas de equipos famosos de las mejores ligas del mundo. Entretanto, unos anotaban, otros poco a poco se eliminaban del juego, por la razón de que sus naves terminaban siendo destruidas. Después de que quedaban sólo tres minutos de juego, los que llevaban la ventaja delantera con nueve puntos eran el equipo de Rusia, Estados Unidos, México, Canadá, Japón, Egipto, Alemania, España, Brasil y sorpresivamente Puerto Rico. Pero los que tenían posesión de la pelota eran los de Brasil y buscaban todos cómo detenerlos, entre tanto, buscaban cómo detenerlos, el equipo brasileño, lanzando la pelota a la portería del equipo de Japón, esperando anotar, para su sorpresa, fue bloqueado por el portero y tomando posesión de la pelota en el equipo de Tursi, se mantenían unidos para lograr acabar el juego hasta que Tursi Jr. viéndose pillado, le pasó la pelota a su amigo Grindex , quien venía de chequear su nave, el cual había ido a donde el mecánico en una de las torres que ahí estaban. Pero estaba saliendo todo bien. Había vuelto, el cual cuando tomó la pelota, no se dio cuenta que al lado de él estaba el mejor jugador del equipo de Rusia, el cual, golpeándolo con la nave, le quitó la pelota. Él, junto a sus compañeros, actuaron rápidamente y desde el centro del estadio lanzó la pelota fuertemente a la portería del equipo de Japón. Y el portero, al percatarse de que venía hacia él, se preparó para detenerla y cuando por fin creía que él la iba a detener, uno de los compañeros del equipo de Rusia estaba cerca de la portería y viendo pasar la pelota cerca de él, activó su cañón y disparando un fuerte viento a través del caño, provocó que la pelota que pasaba por allí se moviera de dirección y engañar así al portero, el cual, sorprendido de lo ocurrido, se lanzó hacia la parte derecha buscando detener el curso de la pelota. Pero para su sorpresa, el rumbo de la pelota fue tan perfecto a la esquina de la portería que no tuvo tiempo de detenerla. Así anotaron el punto número 10 del equipo de Rusia, los cuales ganaron el juego de práctica. Otros jugadores, al ver que una vez más a los de Rusia habían ganado, lucían frustrados, al igual que el equipo de Tursi Junior, que detenidos los tres juntos, observaban la celebración de ellos, los cuales decían:
"Ganaron, amigos, ganaron una vez más. Vayámonos de aquí." Dijo Ronzi a sus dos compañeros.
Cada uno de ellos volvía a su camerino, donde guardaban sus naves de equipo. Tursi Jr. al aterrizar su máquina lo estaba esperando su gran mecánico Gaby, llamado Gaby, la cabra. Muy contento, el cual cuando se bajó de la nave, les dijo:
"Wow amigos. Hoy sí se lucieron, espectaculares. Los había visto llegar tan cerca de ganarle a los mejores del mundo. La verdad que hoy sí lo lograron hacer." Le decía Gaby la cabra muy alegre a Tursi Jr.
"Yo no quiero estar cerca de ganar. Yo deseo ganar." Decía Tursi Jr. molesto consigo mismo.
Sentándose en uno de los asientos que allí había. Comenzó a respirar arrepentido de no haberlo logrado, pero acercándose Ronzi y Grindex junto a Gaby el mecánico, le dijeron a él lo mucho que habían mejorado siendo tres solo en el equipo. Tursi Jr. al escuchar eso, se levantó de la silla alegre y pensando dijo:
"Wow. Es cierto. Solo éramos tres contra siete de cada equipo y logramos estar a punto de ganar. Eso significa que si hubiéramos logrado ganar, se me había olvidado eso. Es cierto, amigos, hemos logrado mucho. Sí, sí, sí. Pero ahora tenemos un problema." Dijo Tursi Jr.
"¿Qué amigo?"Dijo Gaby, el mecánico de ellos.
"Necesitamos más competidores de equipo. Y los cuatro sabemos que no es fácil hallar a personas que sean como nosotros para lograr jugar en las mundiales." Dijo Tursi.
"Así es. Es cierto, amigo." Dijo Ronzi.
"Yo puedo ayudarles." Dijo Gaby.
"¿De verdad?" Dijo Grindex.
"Sí, pero aún nos faltarían más. ¿Qué haremos si todavía faltan personas?" Dijo Tursi Jr, triste y pensativo.
Y entre tanto analizaba cada uno de ellos lo que podían hacer para lograr hallar a esas personas, se podía observar cómo cada uno, poco a poco, se desvestía de sus ropas de competencia para así continuar y lograr así juntos poder resolver el asunto que estaban ahora enfrentando.
Feliciano-RW fundador Daimond Will, una nueva compañia creadora de grandes historias.- Todos los derechos reservados - Copyright © 2021 Daimond Will - All Rights Reserved.
We use cookies to analyze website traffic and optimize your website experience. By accepting our use of cookies, your data will be aggregated with all other user data.